sábado, 31 de enero de 2009

MIS LECTURAS EN 2009.

Título: Los conspiradores. Autor: Jorge Ibargüengoitia.
Editorial Argos Vergara. 197 páginas.


Ser colonizado en la propia tierra debe producir un sentimiento de amarga subsistencia, cuando no de indecible frustración. Como el mismo título indica, Los conspiradores es la historia de una conspiración; una conspiración fruto de un resentimiento. Los nativos advierten con recelo que sus carreras personales y sus intereses están siendo obstaculizados por los españoles, el grupo social que tiene el poder y representa a la metrópoli. Un grupo de notables, encabezados por el padre Periñón, deciden combatir la situación y enfrentarse al gobierno colonial.
La acción de novela, situada en la Nueva España de principios del siglo XIX, narra las peripecias de esa conjura, que tenía por fines el levantamiento en armas, tomar el poder, declarar la independencia de la Nueva España y gobernarla.
Los conspiradores se reúnen en clandestinidad, traman la intriga, reclutan amigos, fraguan planes de acción, frabican armas. Y en medio de todo, surge la delación, factor decisivo de la historia y de su desenlace final.

miércoles, 28 de enero de 2009

MIS LECTURAS EN 2009.

Título: Cuentos. Autor: Edgar Allan Poe.
Ediciones Siruela. La Biblioteca de Babel (colección de lecturas fantásticas dirigidas por Jorge Luis Borges.)

sábado, 24 de enero de 2009

MIS LECTURAS EN 2009.

Título: Levantado del suelo. Autor: José Saramago.
Ed. Alfaguara. 440 páginas.



La lucha por subsistir.

Por encima de todo, Levantado del suelo es un poema esperanzado de vida, una epopeya tierna y solidaria del devenir de una casta de seres desgraciados desde tiempos remotos, la estirpe de los campesinos pobres, a la par que un decente manifiesto vindicativo contra las miserias que encierra la existencia humana.
El texto narra con excelsa pulcritud las vicisitudes del mundo del latifundio en el Alentejo portugués durante un largo período de su historia, cuyo final coincide en el tiempo con el triunfo de la revolución de los claveles, pero la viabilidad de su mensaje trasciende la frontera y la época descritas, dado su intemporal ecumenismo, pues sus derivaciones y consecuencias son siempre las mismas: la explotación por unos cuantos individuos de la producción agraria para sus propios beneficios a costa de las privaciones de la inmensa mayoría.
Ya la cita de Almeida Garret que adorna el pórtico de la novela es un anuncio anticipado de lo viene después: “Y yo pregunto a los economistas políticos, a los moralistas, si han calculado el número de individuos que es necesario condenar a la miseria, al trabajo desproporcionado, a la desmoralización, a la infancia, a la ignorancia crapulosa, a la desgracia invencible, a la penuria absoluta, para producir un rico”.
Aunque Levantado del suelo se ciñe exclusivamente a la vida social en el Alentejo, la novela es una denuncia global de la tiranía y del abandono al que se ven sometido los campesinos cuyas existencias dependen únicamente del trabajo con sus manos. Con su particular estilo, de tono claro y magnético, pulido de deliciosos matices, cuya voz serena parece que nos habla al oído más que contarnos por escrito sobre el papel, el autor nos muestras un lienzo donde se dibujan la opresión, la crueldad y el despotismo a los que se ven sometidos los hombres del campo por unos terratenientes avaros y despiadados; un turbador cuadro con las penurias, los sinsabores y los sacrificios de unos pobres seres que generacionalmente sufren el azote de la escasez y la miseria sin que nadie haga nada por remediarlo.
El apellido Maltiempo que designa a algunos de los protagonistas principales de la narración (Domingo, Juan, Antonio), tres generaciones de una misma familia, es un apelativo premonitorio del sufrimiento perenne que castiga a los habitantes de la aldea de Monte Lavre a lo largo de la novela. Al mismo tiempo estos personajes, junto a otros de su misma cuerda --por contraste de los propietarios de la tierra, custodios del despotismo-- encarnan asimismo el orgullo de clase y la esperanza en un futuro mejor.
El argumento en síntesis de Levantado del suelo se reduce a la lucha por la dignidad y la subsistencia de los campesinos del Alentejo. El eje central de la trama gira en torno a las grandes hambrunas que, en su expresión más cruel, recorre las casas del latifundio como un torrente amargo de penurias y desdichas; sin embargo, estas omnipresentes hambres no agotan en sí mismas el infortunio de la desfavorecida población. Muchos campesinos, forzados por las insoportables adversidades, en su disputa por voltear la situación en la que penan, son apresados y son objeto de las más sádicas torturas por unos guardias al servicio de los dueños del latifundio y con la connivencia de la Iglesia católica, representada en la figura hipócrita y cómplice del padre Agamedes.

lunes, 19 de enero de 2009

MIS LECTURAS EN 2009.

Título: Movimiento Perpetuo. Autor: Augusto Monterroso.
BIBLIOTEX, S.L. Las mejores novelas en castellano del siglo XX. 125 páginas.


El placer de lo breve.

En Unas palabras sobre el cuento dice Augusto Monterroso que “los cuentos que uno escribe no pueden ser muchos y que las páginas de los tales también tienen que ser sólo unas cuantas, porque pocas cosas hay tan fáciles de echar a perder como un cuento”. Y, continuando con su teoría, añade: “Diez líneas de exceso y el cuento se empobrece; tantas de menos y el cuento se vuelve una anécdota, y nada más odioso que las anécdotas demasiado visibles, escritas o conversadas”. Para finalizar diciendo que en verdad nadie sabe cómo debe ser un cuento: “El escritor que lo sabe es un mal cuentista, y al segundo cuento se le nota que sabe, y entonces todo suena falso y aburrido y fullero. Hay que ser muy sabio para no dejarse tentar por el saber y la seguridad”.
Movimiento Perpetuo no es un libro de cuentos, al menos en el sentido estricto de estar compuesto únicamente de relatos, pero sí hace honor a la teoría de la brevedad prescrita por su autor, de la cual Monterroso es un virtuoso sin tacha; brevedad no sólo en el número de sus páginas, sino también del texto que las impregna. El libro es un canto al laconismo elocuente, a lo mínimo intenso, escrito con excelente buen gusto e inteligencia.
Movimiento Perpetuo es un depósito de textos de diferente índole donde se mezclan el ensayo breve, el cuento, la cita, la digresión; una miscelánea donde van cogidos de la mano el placer por el juego de palabras, la crítica sincera, una visión escéptica de la realidad, el sarcasmo, la ironía, etc., con el propósito de mostrar los defectos del ser humanos, sin pretender aleccionar a nadie.
“Hay tres temas: el amor, la muerte y las moscas. Desde que el hombre existe, ese sentimiento, ese temor, esas presencias lo han acompañado siempre. Traten otros los dos primeros. Yo me ocupo de las moscas, que son mejores que los hombres, pero no que las mujeres”. Las moscas como símbolo de los miedos irracionales revoletean por todo el libro en forma de citas literarias, por contra de otros capítulos que lo forman una sola cita, v.gr. el titulado El mundo: “Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso”. O esta otra frase del cuento denominado Fecundidad, donde se burla de su capacidad para la concisión: “Hoy me siento bien, un Balzac; estoy terminando esta línea”.

jueves, 8 de enero de 2009

MIS LECTURAS EN 2009.

Titulo: El Guardián entre el centeno. Autor: J.D.Salinger.
Alianza Editorial. 228 páginas.


Desde el brocal del pozo.

A mi entender, El Guardián entre el centeno es un tropo de la soledad y del sinsentido de la vida. También es un prodigio de narración. En la novela se relata con desenvuelta sencillez la búsqueda de sí mismo de un ser inadaptado.
El protagonista de la novela, Holden Caulfield, es un joven neoyorkino de familia adinerada que vive una existencia confusa y atormentada. Caulfield, casi un adolescente --y sin casi, pues sólo tiene dieciséis años--, es expulsado de Pencey, el colegio donde estudia en régimen de internado. Es la cuarta vez que es expulsado de una escuela. Son fechas previas a las vacaciones de navidad, y en su casa lo esperan para el miércoles de la semana siguiente. Sin embargo, Holden, la noche del sábado, cinco días antes de lo previsto, decide abandonar el colegio, después de haber tenido una pelea con su compañero de habitación y de pasar un día lleno de vicisitudes. Desde Agerstown, Pennsylvania, sede de Pencey, viaja en tren a Nueva York, y durante aquella misma noche y los dos días siguientes deambula por la gran ciudad, matando el tiempo y derrochando en alcohol el dinero que llevaba consigo, mientras llega el miércoles para volver con su familia. La idea de la demora se fundamenta en el deseo del muchacho de que sus padres reciban en el intervalo de su vagabundeo la carta del director con la mala nueva de la expulsión, y no de su propia persona con su llegar anticipado, con el ánimo de amortiguar las consecuencias de su acto.
La novela de El Guardián… se ciñe exclusivamente al relato de esas tres jornadas. En ellas el protagonista nos da cuenta en primera persona desde su estadía en un sanatorio mental de las peripecias vividas en su errar sin rumbo, mezclándolas con sus recuerdos de otros momentos y su desbordante imaginación. Como cualquier persona insatisfecha no rehúye de la fantasía como suplantadora de la realidad que lo desalienta. Con un lenguaje claro y directo, dentro de un decir llano que tiende a veces a ser grosero sin escamotear el insulto, y otras mueve a la sonrisa, nos marca con crudeza la línea que lo va arrastrando hacia el abismo de la desesperación.
Holden Caulfield detesta el mundo que lo rodea, la hipocresía, la vulgaridad, la estupidez… En su filantrópica humanidad, no esconde sus contradicciones, ni sus odios, ni sus miedos, ni sus sueños, etc., y nos muestra de forma sincera el recorrido de su penosa existencia mientras busca su propia identidad, al tiempo que nos retrata de forma descarnada los distintos estratos de la sociedad americana a los que tiene acceso.
Una maravilla de libro.

lunes, 5 de enero de 2009

MIS LECTURAS EN 2009.

Título: Son de Mar. Autor: Manuel Vicent.
Alfaguara. 333 páginas.

Ahogados en el amor.

Esencialmente Son de Mar es una novela de amor y vida con el mar de fondo, el Mediterráneo de los mitos y las leyendas, aunque también es la historia de un naufragio y de un regreso inesperado.
Con veintisiete años Ulises Adsuara, profesor de literatura clásica llega a Circea, pequeña ciudad de la costa levantina, como profesor de Instituto de secundaria, “con todos sus estudios a flor de piel y ninguna experiencia de la vida”. Conoce a Martina, una joven soñadora con el corazón mordido por el sueño de un amor irreal. Martina era hija de Basilio, el dueño de El Tiburón, la cantina del puerto, donde Ulises a diario, tras impartir las clases a sus alumnos, iba a comer. Una mañana que Martina estaba sola detrás del mostrador, Yul Brynner, que andaba por Circea rodando la película Donde la tierra termina, junto a la actriz Tatún Novack, apareció de repente en el local a tomar una ginebra. Impresionada por la presencia del actor, a la muchacha se le desató el pulso mientras intentaba servirle, pero el actor la ayudó solícito a verter el líquido en el vaso. El roce suave con la mano de Yul Brynner y la trasparente mirada azul con la que la obsequió el galán de Hollywood marcaron para siempre el destino de la adolescente.
Pronto Ulises y Martina, dos naturalezas construidas con la materia evanescente de los sueños, se hacen amigos, empiezan a salir juntos y mantienen una relación apasionada donde al principio la práctica del sexo salvaje suplanta sus ansias de vida. El resultado de todo ello es la natural preñez de Martina con el consiguiente casamiento de la pareja. Ulises se casa por responsabilidad y por la amenaza implícita de Basilio, el futuro suegro, de ensartarlo con un arpón de pescar marrajos, si no apechugaba con la barriga.
Ulises se casó por compromiso, por obligación, pero no por amor, que en su mujer sí era consistente y sin fisuras. “Llevo un hijo tuyo aquí en la barriga desde hace tres meses --se quejaba Martina, viendo a Ulises cada vez más ausente--, acabamos de casarnos y todavía no me has dicho que me quieres. Anda, dímelo de una vez. ¿Me quieres?” Ulises tenía la mente puesta en otra parte, en exóticas islas, lejos de allí.
Con el paso del tiempo, la rutina del matrimonio no sólo no aminoró sus deseos de aventura incubados con la lectura de los clásicos, la Odisea, la Eneida, etc., o, con mayor empuje, con los nacidos en la cantina El Tiburón, al aliento de las historias que contaban los viejos marineros como el pescador Requena o el marinero Quisquilla, sino que lo incitó a buscarlas. Un domingo que salió a la pesca del atún, finge un naufragio con la complicidad de una veraneante extranjera que lo acoge en su barco, y desaparece de Circea, dejando el rastro de la barca a la deriva, el frugal avituallamiento que lo acompañaba y las gafas de miope. Al cabo de diez años, después de navegar los mares del planeta, cuando todos en el pueblo lo habían dado por muerto y Martina se había casado de segundas con Alberto Sierra, el constructor rico que siempre la deseó por esposa, Ulises Adsuara se presenta ante su mujer con el atún que le había prometido la mañana que se fue en la barca. Había tenido que recorrer medio mundo para saber que la amaba con locura. Martina que a pesar de vivir en la opulencia al lado de su nuevo marido nunca se sintió dichosa como lo fuera con Ulises, el regreso de éste devolvió a su suntuaria existencia el hálito de vida que se le había amodorrado con su prolongada ausencia. “Todos los muertos vuelven si los llama el amante con la fuerza necesaria”, reza en algún pasaje de la narración. La vuelta repentina de Ulises supuso para Martina, que nunca en su corazón dejó de evocar a su amor perdido, un renacer glorioso para sus sentidos, la sangre estancada de los últimos años le fluía ahora por las venas con una calidez agitada y su cuerpo entumecido de copular sin deseo se rebullía ahíto de emociones, con una alegría sin límites.
Al regreso de Ulises los dos amantes, a ocultas del mundo, reanudan sus encuentros amorosos con el apasionamiento salvaje de las primeras veces. En secreto viven un romance volcánico que los sublima y los libera, pero que irremisiblemente los lleva a la destrucción. La realidad exterior termina por hacer trizas el sueño de la ilusión que ambos alimentaron, pero la unión de Ulises y Martina al cabo de una década, después del naufragio, supone para ambos el triunfo del amor que acudió en su rescate para salvarlos en la muerte y de esta forma permanecieran juntos en la eternidad.
La novela Son de mar fue galardonada en 1999 con el Premio Alfaguara de Novela. El jurado que le otorgó el premio enjuició de esta forma su veredicto: “Una historia contemporánea de amor y misterio enmarcada en el mundo sensual y mágico del Mediterráneo. Con una prosa nítida y rica en imágenes, Manuel Vicent cuenta la aventura de una pareja cuyo destino está sometido a su propia pasión y al influjo de los mitos clásicos que se mantienen vivos en su fantasía”.

domingo, 4 de enero de 2009

MIS LECTURAS EN 2009.

Titulo: Al morir don Quijote. Autor: Andrés Trapiello.


Al morir don Quijote, es una novela impregnada de verdadero espíritu cervantino y de amena y agradecida lectura. En poco más de cuatrocientas páginas de formato generoso, su autor, Andrés Trapiello, ha compuesto, con maestría excelente, un delicioso retablo con los personajes, asuntos y demás tramoya de la inmortal obra de Miguel de Cervantes, a raíz de la muerte de su protagonista principal, Alonso Quijano.
Dicho de forma exagerada, la novela de Trapiello podría considerarse un apéndice natural del libro El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, sin menoscabo de la obra matriz, pues tanto su estructura argumental como su estilo narrativo, preñado de una prosa renacentista pulida por el tiempo, nos transporta sin brusquedades a su maravilloso universo de dualidades confrontadas. Con remozado interés, Al morir don Quijote nos hace respirar a sus lectores la misma atmósfera de noble estremecimiento que nos produce la genial obra del alcalaíno, aunque, en honor a la verdad, con un poco menos de donaire y mayor criticismo, sin carecer tampoco del buen humor que reviste el modelo. En cierto modo, el relato de Andrés Trapiello es una prolongación vindicativa, de tono desigual, del libro de Cervantes, a la par complementario y autónomo, lo que hace que al mismo tiempo lo emparente y lo aleje del patrón original.
No sabría decir con exactitud si la novela de Trapiello deja fuera de su trama alguna situación irrelevante u omite a alguno de los múltiples personajes secundarios e intrascendente de los que aparecen en el Quijote, ya que no me he dedicado a cotejar sus páginas con lupa, sino que desde las primeras líneas me zambullí de pleno en el puro placer de la lectura, pero la sensación final que me queda al concluir ésta es que nada importante se le olvidó a su autor, yo diría que ni lo más insignificante, pues hasta aparece mencionado en la historia Juan de las Cuevas, el impresor de la primera edición, dada la puntualidad y arrojo con la que acomete la empresa.
Con Al morir don Quijote, Andrés Trapiello ha creado una bella novela tomando como base la madre de las narraciones en castellano, ha fabricado un hermoso tapiz con los hilos sueltos del Ingenioso Hidalgo…, donde cada nudo se cose con el que corresponde de manera precisa y consecuente, para gozo y deleite de la inmensa cofradía de los seguidores de Cervantes y, en concreto, para los seguidores del Quijote.