Título: Un extraño viajero. Autor: Dolores Medio.
HUERGA & FIERRO editores. páginas 139. (relatos)
miércoles, 18 de febrero de 2009
MIS LECTURAS EN 2009.
Título: Para mis amigos. Autor: Silverio Lanza.
HUERGA & FIERRO editores. Páginas: 173. (20 relatos)
Los cuentos de Silverio Lanza nos dejan un regusto amargo, como de rancia melancolía de un tiempo que nos complace no haber vivido; su lectura sabe a habitáculo vacío y a humedad.
Más que relatos literarios, sus narraciones son crónicas del momento, estampas de la vida cotidiana. De una vida miserable, en el sentido más amplio del término, la de una época de fuerte degradación social y angustiosa situación económica, la de la España de la Restauración, para ser precisos, y con esto creo que está dicho todo.
Frente al caciquismo y la censura de la época, Silverio Lanza antepone el socialismo y la solidaridad; frente al analfabetismo de la población y la ñoñez eclesiástica reivindica la educación y la libertad individual. Silverio Lanza es un anarquista con buenos modales, de ahí que sus cuentos supuren generoso altruismo.
Aunque escritos con sencillez y clara prosa, sus relatos no son de lectura placentera. Extraídos de la realidad, cada uno de ellos aborda un tema vital: social, espiritual, económico, filosofal, etc., y a su conclusión nos deja pensativos y desanimados. Sus textos irradian el sabor añejo del tiempo gris que relatan.
Juan Bautista Amorós es la persona real que da vida al personaje ficticio que se esconde tras el seudónimo de Silverio Lanza. Un año antes de sacar a la luz Para mis amigos, fue procesado por la publicación de una novelita que lleva el título de Ni en la vida ni en la muerte. Pasó dieciséis días en la cárcel y durante este tiempo recibió de sus amigos tantas atenciones y tan cariñosas que --según él-- su orgullo no las pudo justificar. En agradecimiento a todos ellos escribió el volumen de cuentos que aquí reseñamos, con esta irónica divisa: “Bueno es que Silverio me ayude a pagar, ya que por su causa quedé obligado a obedecer”.
HUERGA & FIERRO editores. Páginas: 173. (20 relatos)
Los cuentos de Silverio Lanza nos dejan un regusto amargo, como de rancia melancolía de un tiempo que nos complace no haber vivido; su lectura sabe a habitáculo vacío y a humedad.
Más que relatos literarios, sus narraciones son crónicas del momento, estampas de la vida cotidiana. De una vida miserable, en el sentido más amplio del término, la de una época de fuerte degradación social y angustiosa situación económica, la de la España de la Restauración, para ser precisos, y con esto creo que está dicho todo.
Frente al caciquismo y la censura de la época, Silverio Lanza antepone el socialismo y la solidaridad; frente al analfabetismo de la población y la ñoñez eclesiástica reivindica la educación y la libertad individual. Silverio Lanza es un anarquista con buenos modales, de ahí que sus cuentos supuren generoso altruismo.
Aunque escritos con sencillez y clara prosa, sus relatos no son de lectura placentera. Extraídos de la realidad, cada uno de ellos aborda un tema vital: social, espiritual, económico, filosofal, etc., y a su conclusión nos deja pensativos y desanimados. Sus textos irradian el sabor añejo del tiempo gris que relatan.
Juan Bautista Amorós es la persona real que da vida al personaje ficticio que se esconde tras el seudónimo de Silverio Lanza. Un año antes de sacar a la luz Para mis amigos, fue procesado por la publicación de una novelita que lleva el título de Ni en la vida ni en la muerte. Pasó dieciséis días en la cárcel y durante este tiempo recibió de sus amigos tantas atenciones y tan cariñosas que --según él-- su orgullo no las pudo justificar. En agradecimiento a todos ellos escribió el volumen de cuentos que aquí reseñamos, con esta irónica divisa: “Bueno es que Silverio me ayude a pagar, ya que por su causa quedé obligado a obedecer”.
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